lunes, 12 de julio de 2010

Preferentemente a la hora de la siesta

Pegar los labios abiertos a la parte interna del codo. Soplar. Reirse del ruido a pedos.Seguir soplando.Gozar las cosquillas en los labios. Aumentar el volumen de aire expelido hasta lograr una pedorrea inverosímil. Reirse de semejante cagadera. Sufrir con la imposibilidad de reirse y soplar a la vez. Aflojar de una vez los cachetes doloridos.Permanecer con la boca sobre la parte interna del codo llena de saliva oliendo qué bien huele siempre ese lugarcito del codo.

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