viernes, 26 de marzo de 2010

Y quedaron las sillas conversando todo lo que no se había conversado, los caireles escuchando los secretos que aún permanecían en el aire, los muebles como cómplices mudos.Algún día todo quedaría en silencio.Cuando el último ladrillo se convirtiera en polvo y ya no hubiera casa porque entonces todo sería "casa": extensión pura y nuestra.Y del silencio nacería un árbol.

1 comentario:

  1. qué lindo pau. el principio muy principio me hizo acordar a un cuento de Mauppasant que contó una vez Laiseca.. de unos muebles que abandonan una casa,si mal no recuerdo...
    el resto es casi la factura de tu jardín, la postura extática de los gatos.
    abrazo! a ver cuándo nos vemos!

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