jueves, 3 de diciembre de 2009

Aquí estoy de nuevo haciendo lecturas oblicuas de Piaget. Después de todo, su figura me empezó a resultar simpática: "un caminante infatigable" que sale a pasear por las mañanas y se refugia a escribir en una casa en las afueras de la ciudad, un "gran solitario" que disfruta del contacto con la naturaleza.Y encontré secretito de escritura que me parece muy bello y en el que una vez más Piaget me revela algo de los sueños: "Cuando interrumpe el trabajo, por la noche, acostumbra dejar una frase comenzada, pero sin terminar.Él sostiene que este es un buen método para recomenzar el trabajo a la mañana siguiente de la manera más eficaz. En efecto, sólo se trata de terminar esa frase, recuperando así el hilo del discurso."

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