lunes, 3 de enero de 2011

Cacería en el jardín

"Tu temor a la muerte no es más que el temblor del pastor cuando se encuentra de pie ante el rey, cuya mano va a apoyarse sobre él como una honra." El profeta, Khalil Gibrán



Apareció primero en las alturas, entre las cañas,mostrando su habilidad de equilibrista. Era bello, mi mamá había soñado con él la noche anterior. A mí me recordaba al que anda por ahí, a los pies de Ganesha. Y era también el real, la pequeña vida de sangre caliente, dinámica, deseosa, quién sabe buscando qué entre las cañas de los tomates. Me fui temiendo que saltara y presintiendo la violencia y la muerte. Cerca de un mes atrás había sido un venteveo, también entre las cañas, revoloteando. Frida lo atrapó sin que mis gritos valieran de nada, juguetona, feliz, inocente. Esta vez algo en mí lo deseaba, la parte sensata para la cual un roedor representa peligro, enfermedad, veneno. La espera densa. Después supe que bajó y corrió hacia las hortencias encerrándose. La peor opción, como si hubiera elegido la muerte. Meterse en el laurel, huir por el paredón era lo más fácil y previsible. Frida lo mató, después de acorralarlo, con pequeños mordiscos, sin sangre, como al venteveo.
La paz del cadáver, el entierro después de la siesta. Me gusta enterrar. Me gusta la paz de los cadáveres. Les agradezco enseñarme la muerte.

En las cacerías reales de la antigua china, perseguían a la presa desde tres direcciones, la cuarta quedaba libre. Si el animal huía por la cuarta dirección, abandonaban la persecución. De lo contrario, lo encerraban conduciéndolo hasta una puerta detrás de la cual estaba el rey para darle caza. Se consideraba que el animal había elegido la muerte.

2 comentarios:

  1. pero claro que el blog está vivo! que bello texto Pau, me gustó mucho. Siempre estás contando desde el jardín pero no deja de sentirse el ruido de la calle, sin embargo esta vez, con la presencia de lo oriental y el sueño, la cacería alcanzó otras dimensiones y no dejó de ser algo íntimo.
    un abrazo grande, Carito.

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  2. Es un texto intrigante. Necesito leerlo otra vez, tiene tantos caminos como elecciones!

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