lunes, 30 de noviembre de 2009

I

Nos agarrábamos de lo que podíamos:de las mesas, de los bancos, de los portalámparas de telarañas temblorosas, de las grietas en las paredes. Nos agarrábamos de los hombros, de las cabezas de pelos enmarañados por el polvo, de los brazos ansiosos. Nos agarrábamos con las manos, con los dientes, con las piernas. Eramos un solo cuerpo jadeante de lenguas agarrándose del aire cuando los pies habían perdido ya toda certidumbre y de un lejano recuerdo de temblor nos agarrábamos.

2 comentarios:

  1. sentí el hueco en el piso y en el aire, pero no tenía de dónde agarrarme. saludos querida paulette!

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  2. vuelvo, me quedé leyendo lo anterior que no había leído... qué lindo pau, me gusta mucho.. la lluvia, el domingo... ese día estuve mucho en la grieta.. armamos una suerte de toldo gitano con paraguas y un naylon y nos quedamos papando moscas,como quien dice, y yo pensaba "qué buena forma de pasar un domingo...armarse un living en la vereda y mirar la lluvia", y arriba de nuestras cabezas se formaban pozos de agua -pequeñísimos pero persistentes- entonces, como guardianes de lo seco, levantábamos el techo transparente para que la lluvia bajara y al hacerlo se nos escapaba el agua y las gotas dibujaban rectas y curvas y caminos aleatorios.. muy lindo...
    y tb o de la madre correctora y lo de la RAE, devoración devoración... que diría Chomsky de la formación de semejante palabra? y "devoramiento"? me suena a devorar lentamente, con demora, succionando lentamente las últimas fibras de carne o savia, devorar con fruición y metódicamente.
    saludos again. te espero este miércoles piba.

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